Sí no quieres tener hijos es perfectamente válido, ya que ser padres es una tarea titánica para la que no todos estamos preparados. No obstante, cuando esta preferencia se convierte en un miedo adquiere un carácter patológico y se estaría hablando de un trastorno conocido como Pedofobia.

Y lo mencionamos de esta forma, porque no es normal sentir miedo por los más pequeños. Los niños son criaturas inocentes que llegan a este mundo para jugar y aprender. Los bebés nos necesitan y necesitan atención y cuidados constantes durante los primeros meses para aprender como funciona el mundo a su alrededor.

Hablar de la pedofobia es mencionar una de las fobias psicológicas más comunes en la actualidad, contribuyendo notablemente con el descenso de la natalidad en los países desarrollados. Ese temor irracional (como todas las fobias) hacia los niños está ocasionándole un daño inescrutable a la sociedad, cambiando y afectando a la regeneración del tejido social.

El hecho de que no te gusten los niños, jamás justificará que los trates mal o discrimines como si fuesen monstruos indeseables. Maltratarlos o discriminarlos por su edad, dejará huellas imborrables en su subconsciente hasta convertirse en especie de traumas que serán un obstáculo importante para avanzar hacia el futuro con éxito.

Sí te sientes identificado con todo lo leído hasta ahora, quédate porque este post es para ti. Este artículo busca educar e informar a la población sobre la pedofobia y cómo se le puede dar un adecuado tratamiento, considerando cuán grande es el desconocimiento existente sobre la pedofobia.

¿Quieres saber más? ¡Adelante!

¿Qué es la pedofobia?

 

Se define como el miedo irracional a estar cerca de los niños o bebés, concibiéndolos como una amenaza a su integridad. La pedofobia conlleva desde ataques de ansiedad que pueden resultar incontrolables, afectando la vida cotidiana de quien padece esta enfermedad hasta afectar anímicamente y físicamente a la persona.

No solo es considerada como una las fobias más raras del mundo, sino también bastante compleja de tratar. Cuando vamos por la calle, a comprar o incluso a cenar a un restaurante encontraremos un montón de familias con niños pequeños, lo cual hace imposible evitar el contacto con ellos.

El término pedofobia se deriva de la palabra “Paido” y “Phobia” que traducidas del latín al español, significan “Niño” y “Fobia” respectivamente.

¿Cuál es el origen de ese temor exagerado a los niños?

 

Cada caso es un auténtico universo por explorar. Hay quienes sufren de pedofobia por circunstancias muy duras que vivieron durante su infancia, donde debieron asumir una posición de madurez prematura para hacerles frente e impedir que malas acciones de terceras personales afecten a su existencia.

Esto hizo que vean a los niños como algo sublime, quienes “no merecen venir a este mundo a padecer todas las calamidades que les marcaron cuando eran pequeños”. Ese temor también suele arraigado por padres desnaturalizados e irresponsables, los cuales estuvieron presentes físicamente pero no fueron capaces de transmitir ese amor filial a sus críos hasta hacerles sentir como “estorbos no deseados”.

¿Exageramos? ¡En lo absoluto! Casi todos los pacientes de pedofobia provienen de hogares desestructurados con carencias afectivas extremas, debido a que alguno de los 2 padres estuvo ausente o recibieron un trato despectivo por su condición de niños.

 

Síntomas de la pedofobia.

 

Sí después de ver a un menor de 12 años o estar en contacto directo con él, experimentas alguna de las estas afectaciones es importante que vayas al médico de inmediato.

No consumas ningún fármaco como calmantes, ya que esto puede exacerbar tu estado anímico al máximo.

  • Temblores excesivos.

 

  • Hipertensión.

 

  • Maréos

 

  • Vómitos.

 

  • Dolor en el pecho.

 

  • Ansiedad

 

 

¿La pedofobia tiene cura?

 

Sí, claro. El detalle es que se debe hacer un análisis exhaustivo previo con el propósito conocer si realmente tienes pedofobia o sencillamente, no te gustan los niños. Para esto, serás sometido a varias pruebas psicológicas en donde se indagará sobre tus antecedentes familiares y cómo se han ido desarrollando las relaciones paterno-filiales. También deberás responder a diversos cuestionamientos en relación a tu infancia, manifestando sí hubo algún incidente especial que puedo haberte marcado considerablemente.

En caso de que el resultado sea positivo, serás sometido a terapias de exposición. ¿Y esto en qué consiste? ¡Sencillo! Estarás en contacto físico durante 2-3 horas con esos niños que irradian tanto pánico en tu persona. Dichas sesiones cognitivas-conductuales serán graduales, incrementándose en horas hombre hasta que consigas superar esa pedofobia que no te deja vivir en paz.

La pedofobia nunca puede normalizarse por pensar que “no es la época más adecuada para traer niños al mundo”. Cada pequeño es una semilla que está comenzando a germinarse, la cual amerita de idóneos cuidados para que se convierta en una espectacular planta que sea capaz de aportar un sinfín de cosas positivas dentro de su  entorno.

Sí eres de lo que le temes a los niños al punto de maltratarlos verbalmente e incurrir en acciones perjudiciales hacia ellos, déjame decirte que debes buscar ayuda  profesional. Tu mala infancia no tiene por qué arrastrar a una nueva generación, ocasionándole traumas difíciles de superar.

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