Como ayudar a tu hijo/a a ser más positivo/a
La actitud positiva o negativa se desarrolla en nosotros desde muy temprana edad y dirige nuestra visión del mundo. Los pensamientos negativos (“me va a salir mal”) producen una visión negativa del niño (“soy malo”). Por este motivo debemos intentar evitar generalizaciones (“esta vez no te ha salido tan bien como ayer” en lugar de “te ha salido mal”). La mayoría de las personas actuamos y reaccionamos a nuestro ambiente con base en patrones inconscientes adquiridos durante la infancia. Casi sin darnos cuenta, esas tendencias de pensamiento nos limitan o nos expanden. Por eso, es importante ayudar a tus hijos a desarrollar una actitud positiva.
Esta inclinación hacia el pensamiento positivo o negativo comienza a anclarse muy pronto en nuestra psique, y comienza a dirigir nuestra percepción de los acontecimientos que nos rodean. Debemos, por tanto, comenzar cuanto antes a entrenar la mente de nuestros pequeños hacia el gran regalo que es una actitud positiva.
Cuando generalizamos (empleamos el todo, nunca, jamás, siempre…), creamos una etiqueta. La distorsión del pensamiento es una forma inadecuada de pensar que genera a los niños una visión distorsionada de quienes son impidiendo ver la realidad, afectando negativamente en su estado de ánimo y en una conducta desajustada.
Una forma de ayudarle es ofrecerle una alternativa en lugar de juzgar (por ejemplo: Si se equivoca en un juego, podríamos decirle “mira si lo haces así te saldrá mejor”, en lugar de decirle “lo has hecho mal”, y no darle opción de mejorar).
No vemos lo que es, sino lo que somos
Desde hace tiempo, las corrientes cognitivas de la psicología vienen postulando que cada uno de nosotros interpretamos la realidad a través de un filtro propio compuesto por nuestras creencias. Es decir, entre lo que realmente ocurre y lo que yo percibo hay un espacio en el que nuestra mente opera.
Para la mayoría de nosotros, ese proceso de filtrado pasa inadvertido y simplemente damos por sentado que lo que yo percibo es la realidad, y que esta es la única realidad posible. En cambio, si somos capaces de tomar consciencia de ese proceso, entenderemos por qué algunas personas ven la vida en rosa y otras en gris oscuro.
Cómo ayudar a tus hijos a tener una actitud positiva
- Ayúdalos a desarrollar un diálogo interno saludable. Acostúmbralos a decirse a sí mismos: “soy capaz, puedo mejorar, puedo lograrlo”
- Sé un modelo de positividad y optimismo. Trata de mostrarte como alguien alegre, estable y con confianza en sí mismo y en la vida.
- Enséñales el valor de las emociones negativas. Ayúdalos a saber identificarlas, sentirlas y escuchar su mensaje. Así como a saber trascenderlas, sacando un aprendizaje, en lugar de estancarse en ellas.
- Entrénalos para que sean su propio centro, para que recuerden buscar el equilibrio y la felicidad en sí mismos y no en opiniones ajenas.
- Explícales que es sano y aceptable alejarse de ambientes y personas tóxicas. Y que en caso de que deban convivir con ellas, deben contar con un escudo mental de protección para que esa negatividad no penetre en ellos.
- Trata de inculcarles la importancia del autocuidado. De los hábitos saludables tales como una buena alimentación, el ejercicio físico frecuente y el contacto con la naturaleza. Realza la introspección como una forma beneficiosa de escucharse y conocerse, y el contacto con los demás como un modo de enriquecerse y compartir.
- Recuérdales siempre que la vida está llena de belleza, de personas que los quieren, de oportunidades para disfrutar. Y que los malos tiempos siempre sirven para fortalecernos y redescubrir cuánto amor y apoyo tenemos a nuestro alrededor